sábado, 7 de septiembre de 2013

lunes, 25 de julio de 2011

El huésped inesperado

Siempre he guardado las distancias con los animales, me gusta observarlos, estudiarlos, saber cómo se comportan y por qué, pero no tocarlos. Ellos no actuan igual.

Algunos son más "afectuosos" conmigo que yo con ellos.

El otro día lo que parecía una verruga en mi cuello se convirtió en un ser viviente que no simpatiza mucho al humano; no fue hasta cuando engordó que pude notar algo raro, algo que se aferraba a mi cuello, como un náufrago a un trozo de barco flotante...¡tenía una garrapata gris parásita, que sin haberla invitado, me estaba chupando el líquído rojo vital!


Una vez desprendida usando aceite de oliva en un algodón y con un leve tirón, y curado la heridilla con limón primero y alcohol luego, pasó a mejor vida




martes, 25 de enero de 2011

la entrada en la nueva era

Me da pena como algunos intelectuales enganchados a la nicotina atacan con uñas y dientes la nueva ley antitabaco.

Señores, seamos claros, el tabaco es un vicio y un mal para fumadores y no fumadores; causa cánceres, impotencia, deficiencias auditivas y un largo etcétera de males que no tengo ganas de seguir nombrando. Por lo tanto es perjudicial y punto. Me da igual lo que digan los del Gobierno y los de la Oposición en esos estúpidos debates; cuanto más arrancado de la sociedad esté este nocivo hábito, mejor. Así, si esta ley ( a mi parecer se queda corta, porque no elimina los estancos) va a impedir que respiremos pasivamente humos de otros, bienvenida sea, que pena que no fuera dictada con siglos de adelanto.

Los animales saben que fumar no les conviene, y salvo que sea inducido un mono, por ejemplo, a coger un cigarro, no lo hacen...

martes, 18 de mayo de 2010

La Muerte amarilla


Pequeño pero matón, cuanto más poderosa son sus pinzas, menor es el efecto tóxico de su veneno, y viceversa...

Siempre me lo he encontrado bajo una piedra, y no le gusta los lugares húmedos, sino los sitios áridos.

jueves, 22 de enero de 2009

Musa (Historia Triste)


Iba yo caminando por el campo, cerca de los antiguos merenderos de Charco Redondo, en busca de larvas xilófagas. pensando en las musarañas tal vez, cuando me advierten de una vieja cepa de olivo que puede contener larvas.

Cuando mi compañero hace un movimiento de volcar la cepa para buscar larvas asoma por un agujero del tronco un ser diminuto, un ser que ha notado el cambio de posición de su casa, un ser con múltiples bigotes o vibrisas blancas, que investiga como una personita mirando a derecha e izquierda para ver si es un terremoto lo que zarandea su casa.

Una vez capturada, cosa que no fue fácil porque se escondía en los cimientos de su habitáculo cada vez que podía, es decir, en la base del tronco que íbamos girando y quitando con dificultad, pude darme cuenta de cómo era aquel maravilloso ser.

El cuerpo diminuto, de menos de 6 cms, múltiples vibrisas, ojos como puntos de un rotulador, patas de alambre y pelos de seda, y con mucha más gracia que mucha gente del mundo.

La cuestión es que me lo llevé a casa y lo acondicioné todo lo mejor que pude, le eché lombrices, cigarrones y tenebrios y se lo comió todo. Era tan voraz como una comadreja.

A la mañana siguiente, viendo que no salía de la corcha que le había preparado para guarecerse del frío, la levanté, viendo que estaba muerto.

No duró más que una noche. ¿Qué factores hay envueltos para criar a un mamífero insectívoro? Seguro que muchos que se me escapan...